viernes, 6 de febrero de 2015

Los deportes que más queman

¡Hola, mariposas! ¿Aún no sabéis a qué deporte apuntaros para bajar de peso? Bueno, yo os dejo una pequeña lista de los mejores y más efectivos:
  • Correr: Quema 21 kcal por minuto, pero eso sí, a un ritmo considerable de 9 km/h. A menor ritmo, menor consumo calórico. Para mí el atletismo siempre fue uno de los mejores y más sencillos deportes de practicar, ya que simplemente puedes salir a correr por tu barrio, al lado de la playa, al campo y prácticamente estés donde estés.
  • Natación: Quema 19 kcal por minuto, aunque el estilo crawl y el mariposa puede llegar a quemar más. Este deporte es excelente, ya que trabaja todo el cuerpo en general, así que anímate a ser una sirena.

  • Boxeo, judo, karate y otras modalidades de lucha: Quema 13 kcal por minuto, además de desarrollar la coordinación y la capacidad de alerta. Y es idóneo para descargar nuestra ira y frustración, lo que hace que nos libremos del estrés.
  • Tenis, badminton, padel y squash: Quema 11 kcal por minuto, ya son actividades muy intensas que permiten trabajar todo el cuerpo. Yo, personalmente, entreno badminton, y os puedo asegurar que hace sudar hasta a los más atléticos.
  • Baloncesto y fútbol: Quema 10 kcal por minuto. Desarrolla resistencia y capacidad cardiorrespiratoria.
  • Ciclismo: Quema 8 kcal por minuto. Es un gran ejercicio cardiovascular que tonifica piernas, abdomen y brazos.

  • Baile: Esto depende mucho del tipo de baile que se practique, pero es una forma muy divertida de quemar calorías y además de trabajar todo el cuerpo.


martes, 3 de febrero de 2015

Smoothie de piña colada

¡Holaaa, mariposaaas! Os presento un delicioso smoothie de piña, refrescante y tropical. La piña es una fruta saciante, laxante, purificante y diurética, además de ayudar a controlar el colesterol y la presión arterial.


Ingredientes:
  • 1/2 taza de leche de coco
  • 1 taza de piña cortada en trozos
  • 1 cucharada de miel (opcional)
  • Un par de cubitos de hielo (para enfriarlo)
Procedimiento:
  • Echarlo todo en la batidora y triturar hasta que quede cremoso. Servir frío.
Valor nutricional:
  • Raciones: 1
  • Calorías: 57 kcal
  • Hidratos de carbono: 8 g
  • Azúcares: 7 g
  • Proteínas: 0.5 g
  • Total de grasa: 3 g
  • Grasas saturadas: 2 g
  • Sodio: 16 mg


lunes, 2 de febrero de 2015

Pancakes de plátano

¡Hola, mariposillas! Os traigo un postre deliciosos y cargado de proteínas, además de ser muy saludable y no tener harina. Vamos, que es perfecto para comer de desayuno después de una sesión de ejercicio matutino. ¡Espero que las probéis y que os encanten!


Ingredientes:
  • 1 plátano
  • 2 huevos
Procedimiento:
  • Batimos los huevos en un bol
  • Machacamos el plátano con un tenedor, lo agregamos al huevo (si queréis podéis echarle una pizca de canela), y lo mezclamos bien.
  • Calentamos la sartén a fuego medio y le echamos un poquitín de aceite, lo justo para que no se peguen los pancakes, que freiremos hasta que se pongan doraditos.
  • Para servir, podéis acompañarlos con unas fresas o arándanos, o con sirope de arce.



domingo, 1 de febrero de 2015

Razones para beber té verde

El fue descubierto en China, y ha sido utilizado como una bebida medicinal para cuerpo y mente durante cinco milenios. Incluso gracias a él, los marineros chinos consiguieron escapar del escorbuto, una enfermedad que mató a muchos marineros europeos. El té verde, en concreto, es uno de los mejores, debido a sus muchas propiedades beneficiosas para la salud:

  • Es un excelente antioxidante.
  • Ayuda a quemar grasa, acelerando el metabolismo.
  • Aumenta la esperanza de vida.
  • Disminuye el estrés.
  • Aumenta la actividad cerebral.
  • Disminuye la presión sanguínea.
  • Ayuda a proteger tus pulmones del tabaco.
  • Ayuda a proteger tu hígado del alcohol.
  • Ayuda a mantener tus dientes sanos.
  • Ayuda a tu sistema inmunológico a protegerte de enfermedades.
  • Disminuye el riesgo de cáncer.
  • Mantiene tus huesos sanos.
  • Combate la diabetes.
  • Hidrata más que el agua.

Conclusión: Pon una taza de té verde en tu vida.

sábado, 31 de enero de 2015

Smoothie proteico de almendras

¡Hola, mariposas! Hoy os traigo una receta para hacer un smoothie delicioso, cremoso y repleto de proteínas, perfecto para tomar después de una buena sesión de ejercicio.


Ingredientes:
  • 14 almendras (preferiblemente aun con la piel)
  • 1 plátano (preferiblemente congelado)
  • 1 manzana (preferiblemente con la piel)
  • 1 taza de leche (preferiblemente fría)
Procedimiento:
  • Meter todo en la batidora y triturar hasta que quede líquido y cremoso. Servir y echar un par de hielos.
  • Si queréis, podéis dividir todos los ingredientes a la mitad, para que no hagáis tanto batido.
Valor nutricional:
  • Número de raciones: 2
  • Calorías totales: 193 kcal
  • Hidratos de carbono: 62 g
  • Proteínas: 14 g
  • Azúcares: 41 g
  • Fibra: 8 cg
  • Total de grasas: 6 g
  • Grasas saturadas: 2g
  • Sodio: 50 mg

viernes, 30 de enero de 2015

Corriendo por las mañanas

¡Buenos días, mariposas, es hora de despegarse de las sábanas y hacer algo de ejercicio! Se que resistir la tentación de quedarse en camita es dura, pero hay que hacer un esfuerzo y ponerse en pie para practicar un poco de deporte ya de mañana. ¿Por qué? Aquí tenéis la respuesta:
  • Al hacer ejercicio por la mañana, te sentirás con más fuerza y motivación para llevar bien el resto del día, ya que te sentirás mejor contigo misma.
  • Te sentirás con más fuerza para resistir la ansiedad y la tentación de pasarse comiendo, además de que te será más fácil sustituir los dulces por comida sana.
  • Por las mañanas se entrena más y mejor que por las tardes, ya que aunque te sientas un poco adormilada al principio, a esta hora es cuando más energía tendrás.
  • Estarás menos estresada y más alegre el resto del día, debido a que la actividad física libera unas hormonas llamadas endorfinas.
  • Te ayuda a dormir mejor, lo que en consecuencia hace que descanses más horas, lo que ayuda significativamente a adelgazar.
  • Ayuda a disminuir el apetito, quitando la sensación de hambre durante el día.

También podemos aprovechar esto para perder un poco de grasa, así que aquí van unos consejillos:
  • Tómate: (solo una cosa)
- Un par de vasos de agua, ya que te saciará y además te hidratará.
- Un café (preferiblemente sin leche, o al menos que sea desnatada), ya que hace que tengas más energía y rindas mucho mejor, obteniendo así mejores resultados.
- Una taza de té verde, que te ayudará a perder más grasa.
  • Si vas a hacer deporte ligero, como una caminata o un trote suave, ir en ayunas hace que quemes un 20% más de grasa, ya que utilizas la grasa de reserva. Eso sí, come algo cuando termines, aunque sea una pieza de fruta, para reponer fuerzas.
  •  Si vas a hacer deporte intenso, como correr a un ritmo rápido, lo mejor es comer una pieza de fruta antes de salir, porque si vas en ayunas, rindes mucho menos e incluso puedes llegar a encontrarte mal, por lo que perderás un día de ejercicio.
  • Pon música, y así te distraerás del cansancio.


¡Espero que os haya gustado y gracias por visitar mi blog!

Tu cuerpo puede aguantar casi cualquier cosa...















...es tu mente la que no te deja seguir adelante.


Aprende a ser más fuerte que ella.




Hambre física vs. Hambre emocional

La mayor parte de las veces, confundimos el hambre con la ansiedad de comer, y eso no es algo bueno, ya que solemos pasarnos con la comida y darnos atracones. Pero, ¿cómo podemos diferenciar la una de la otra? Es verdaderamente sencillo:

Hambre física
Viene gradualmente y puede ser aplazada.
Se puede satisfacer con cualquier tipo de comida.
Cuando estás llena, puedes parar de comer.
Causa satisfacción, y no culpabilidad.

Hambre emocional
Aparece de repente y exige ser saciada de forma urgente.
Se satisface con comida basura y dulces.
No eres capaz de parar de comer y comes más de lo normal.
Hace que te sientas culpable y mal contigo misma.

Aprender a distinguir entre ambos conceptos es muy importante, al igual que saber controlarse ante el hambre emocional. Es difícil contenerse ante los dulces, pero solo tienes que recordar cual es el motivo por el que estás haciendo esto, piensa en tu sueño y no te detengas hasta conseguirlo.

jueves, 29 de enero de 2015

Mi historia

Como primera entrada de este blog, quería empezar por contaros mi historia. Obviamente, no puedo decir mi nombre, ni ningún dato con el que alguien de mi entorno pueda identificarme, porque me encontraría en un grave problema.

Todo empezó el año pasado, más o menos por estas fechas, después de Navidad, pero no me di cuenta de lo que me estaba pasando hasta carnavales, y tuve demasiado tiempo libre. Tiempo en el que pensé cosas en las que no debía pensar, y descubriendo e investigando cosas en las que no me tenía que haber metido. Yo ya conocía casos de anorexia y bulimia a mi alrededor, pero nunca me había imaginado que yo podía ser uno de ellos. Hasta entonces no me había preocupado mucho por el aspecto físico y por lo que los demás pensaran de mí, pero eso de alguna forma cambió. Puede que se deba simplemente a una etapa, a que estoy en la adolescencia y eso hace que piense y me comporte de esta manera, y con el tiempo, al ver que mis pensamientos cambiaban, confirmé esta teoría. Pero no sin antes empezar lo que para mí sería una pesadilla. Subir el infierno a la tierra.
Si miro atrás, me doy cuenta de que mi depresión empezó en segundo de la ESO, cuando mi madre me quitó una de las cosas por las que más adoraba la vida: la equitación. Montar a caballo era mi pasión, pero solo el simple hecho de estar en presencia de esos animales era una maravilla. Cuando me quedé sin nada de eso, me hundí.
Dos años después, en cuarto de la ESO, en las vacaciones de carnaval, toqué fondo. La depresión era insoportable, me pasaba las horas llorando, me sentía sola, estúpida, inútil, fea y gorda. Fuese a donde fuese, y estuviese con quien estuviese, todo eran complejos; sentía que todo el mundo era mejor que yo, que todas las chicas eran más guapas y delgadas, y que por eso nunca estarían solas, porque todo el mundo las quería.
Y llegó el primer corte.
Fue un momento desesperado, incluso apurado, en el que no veía la hora de hacerme daño a mi misma por sera tan inútil e incapaz de cambiar mi vida, porque en realidad no sabía como. Debían ser las once o doce de la noche, y mis padres no estaban en casa. Apreté con fuerza el afilalápices de plástico que tenía en la mano, y lo lancé contra la pared con ira y desprecio. Aún recuerdo los trozos rojos saltando a todas partes. Cogí la cuchilla, que había quedado libre, y la hice bailar entre mis dedos, sopesando si sería capaz de hacer lo que ya había visto antes en fotos de cientos de chicas tan hundidas como yo. Y pensé: "Solo un corte, para saber que se siente".
Y en ese segundo, en el que el filo se deslizó por mi piel, y la separó en dos, cuando la sangre salió de mis venas, supe que no sería la última vez, por mucho que me repitiese lo mismo. Porque al sentir esa corriente electrizante subiendo por mi brazo, llena de energía y poder, encendiéndome de fuego el pecho y haciéndome sentir lo que no había sentido en mucho tiempo, quise más.
Después llegaron los vómitos.
Aunque desde el punto de vista de la gente que nunca ha sufrido esto, pueda parecer algo indigno y asqueroso, para los que entienden lo que es, saben que ese momento en el que decides meter los dedos en la garganta, es todo pura valentía. Para mí, la primera vez que vomité a propósito, fue mucho más difícil que el primer corte.
Me pesaba cada día, tiraba la comida cuando mi madre no miraba, vomitaba si me daba algún atracón debido a la ansiedad, me hacía un par de cortes cada noche para aliviar toda la tensión y el odio, me quedé sin amigos porque me volví una marginada. Incluso besaba chicos por el simple motivo de sentirme mejor conmigo misma; y lo peor es que funcionaba.
Ese año, había empezado a jugar al badminton, y me entregaba al máximo en los entrenamientos para gastar el máximo de calorías posibles. También iba todos los fines de semana, por la mañana, al gimnasio con mi padre. Me dejaba los pulmones en la cinta, pero las endorfinas eran como una droga, y yo era realmente una adicta.
Cuando mi madre me vio los cortes por accidente un día, me llevó al psicólogo, que en realidad no me hizo nada. Lo único que me ayudó, fueron las vacaciones de verano.
No soy una chica de dieces, pero mi madre me presiona mucho para que estudie más y más, porque sabe que tengo capacidad para sacar sobresalientes perfectamente. Es cierto que el psicólogo al que iba de pequeña, me dijo que era una niña superdotada y que tenía que aprovechar mis habilidades, pero para lo único que sirve, es para que esperen más de mi de lo que puedo dar o para que me sienta mal cuando las cosas no salen acorde con el esfuerzo que he hecho. De todas formas, no tuve que pasarme el verano estudiando, ya que no había suspendido ninguna.
Pasé un buen verano e incluso dejé de cortarme, porque en realidad no me hacía falta. Sin embargo, nunca dejé de preocuparme por las calorías. Medía todo lo que comía y me sentía mal si me pasaba de la raya, aunque es cierto que me rendía bastante a los caprichos con la excusa de que estaba de vacaciones, y prometiéndome que solo sería un descanso, que pronto me pondría las pilas otra vez y seguiría adelgazando. Empecé a salir con un chico que conocía los problemas que tenía y nos lo pasábamos muy bien juntos, recuperé unas cuantas amigas, tenía una mejor relación con mi madre, pasaba más tiempo con mis mascotas... Todo iba genial.
Me había prometido que al empezar primero de bachillerato, me pondría a estudiar desde el principio, tal y como todos prometemos cada año, pero que luego solo estudiamos al día durante el primer mes. Bueno, al final conseguí sacar un par de sobresalientes, unos cuantos notables, algún suficiente, y dos suspensos. A mi madre, como imaginaréis, no le gusto ni un pelo, y se cabreó; me soltó el mismo discurso de siempre, y cada una por su lado. A mitad de trimestre, corté con mi novio, porque me dí cuenta de que hacía lo que le daba la gana conmigo y se había vuelto un egocéntrico. Él se enfadó mucho, y llegó a amenazarme con contarle todos mis secretos a todo el mundo, por lo que decidí bloquearle. Le daban rachas bipolares, en las que empezaba por suplicarme que volviésemos juntos, y que acababa por insultarme, así que tuve que cortar nuestra relación en todos los ámbitos, negándome a seguir teniendo contacto con él.
Y llegó la Navidad, esa etapa donde mires a donde mires, solo hay comida y más comida. Polvorones, turrón de almendras, turrón de chocolate, bombones, chocolate caliente, bizcochos, tartas, galletas... Difícil resistirse, y mi autocontrol apesta, así que llegaba a vomitar incluso tres veces al día. A pesar de esto, en ocasiones me era imposible hacerlo, y al acabar las vacaciones, me dí cuenta de que había engordado tres quilos. Horrorizada, me puse las pilas, y aquí estoy, trabajando duro, haciendo mucho deporte, comiendo sano y conteniéndome para no picar nada.

Espero que os haya gustado mi historia, que aunque parece larga, os aseguro que es una versión mucho más resumida, y que faltan un montón de cosas. No es nada del otro mundo, ya que por desgracia muchos habréis pasado lo mismo que yo, pero este es un cachito de mi vida, y que espero que al menos la hayáis disfrutado un poco leyéndola.